Día 2
Lo vimos desde el avión, lo vimos
desde el mirador en Tabatinga pero hoy por fin podemos sentirlo, el
Amazonas!!! El río mar, como le dicen muchos, nace en Perú y tiene una longitud
de aprox. 7.000 Km pero en territorio colombiano solamente abarca 118 kms. En
su recorrido toma varios nombres como el Marañón en Perú y Solimoes en Brasil.
En Colombia atraviesa el departamento del mismo nombre, Amazonas, el cual fue
declarado como tal en 1991 y cuya capital es Leticia.
La ciudad tiene alrededor de
43.000 habitantes, se extiende 80 kilómetros a lo largo del Gran Río y
alrededor de 100 kilómetros selva adentro a través de varios tipos de bosques
tropicales. Cubre 27 comunidades indígenas y 24 barrios en el área urbana.
Leticia comparte una frontera abierta con Tabatinga (población: 45.000) en
Brasil y al otro lado del río con Santa Rosa (Población: 700) en Perú. La
temperatura promedio es de 25° centígrados.
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Comenzando a navegar por el río |
El tour abrebocas para los
turistas convencionales se inicia en el
muelle turístico al cual nos llevaron desde el hotel, inscriben tu
nombre y datos personales en la lista de cada embarcación que en promedio es de
18 personas. Al ocupar nuestras sillas y colocarnos los chalecos salvavidas,
comenzó el cosquilleo en el estómago de
la emoción. Después de navegar río arriba por unos 30 minutos llegamos a la
Isla de los Micos colonizada en los años 60 por el americano Mike Tsalickis con
el objetivo de criar micos y reptiles y desde entonces se explota con fines
turísticos. Es aquí donde comienza la verdadera aventura amazónica. Jugar con
los monos frailes, alimentarlos con bananas o galletas, caminar por los
senderos y escuchar el canto de miles de pájaros, oler naturaleza pura, reir
con ganas. No queríamos que el tiempo
pasara pero debíamos seguir nuestro viaje.
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Los graciosos micos fraile de la Isla |
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Compartir con ellos, darles de comer y reir!!! |
De nuevo con la brisa sobre
nuestros rostros, navegamos rumbo al resguardo indígena de Macedonia, comunidad
Ticuna en un 96% que abre sus puertas para recibir a los viajeros. Además de
presentar bailes tradicionales a los turistas, los Ticuna se destacan por
trabajar el “palo de sangre”, un tipo de madera color rojizo con la que
elaboran verdaderas obras de arte. Les recomiendo comprar aquí pues es mucho
más económico que en Leticia y se les ayuda directamente a la comunidad.
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Después del baile, la foto obligada con los viajeros |
Las nubes oscuras comenzaron a
rondar nuestro viaje, de manera que nos apresuramos rumbo al Lago Tarapoto para
ver los famosos delfines rosados, no sin antes, atravesar el Río Loretoyacu. Otro
contacto con los árboles magestuosos, con el olor mágico de la selva y de nuevo
el canto de los pájaros. Por fin en el Lago, la lluvia era tan bella combinada
con el paisaje que ya no ansiaba tanto ver los delfines, pero sí, los alcanzamos
a observar a lo lejos.
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Río Loretoyacu, afluente del Amazonas |
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Lago Tarapoto con sus cristalinas aguas |
Después de la lluvia intensa que no
duró más de 15 minutos regresamos a Puerto Nariño, el pesebre colombiano, donde
no existen carros, ni motos, ni contaminación, donde sus más de 7 mil
habitantes conviven en PAZ entre sus comunidades Ticuna, Yaguas, Cocamas,
Muinane y Huitotos entre otros, donde se vive en pleno con la naturaleza y se
la respeta. Aquí almorzamos en uno de sus buenos restaurantes y nos refrescamos
con un delicioso jugo de arazá , una fruta silvestre de la zona pero que con el
tiempo, se ha fomentado el cultivo en otras lugares del país.
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Vista desde el Mirador Naipata en Puerto Nariño |
Estábamos en época de elecciones
y las fronteras cerraron, pero nos autorizaron visitar una comunidad peruana llamada
Puerto Alegría al otro lado del río, un pequeño caserío donde sus habitantes capturan y domestican
una gran variedad de animales para mostrarle a los turistas y lograr una
propina que luego se repartirá entre todos. Es triste esta situación pero al
mismo tiempo, nos dio la posibilidad de ver, tocar y cargar algunos animales
que ya no vemos ni en los zoológicos como la boa, el tucán, el caimán, el oso perezoso, el tigrillo... Muchos operadores y lancheros colombianos
ya no viajan a este lugar para evitar que continúen con la cacería de animales,
lo cual, para ser honesta, apoyo ciento por ciento.
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Indígena Cocama del Perú con una tortuga matamata |
A media tarde emprendimos nuestro
viaje a la Reserva Natural Flor de Lotto, donde podríamos ver la maravillosa Victoria
Regia que nos han mostrado a través de los libros. La flor de loto blanca nace
en el agua y según las creencias de oriente, está relacionada con la perfección
del espíritu y de la mente. Cerrada o en botón es un símbolo de las
posibilidades infinitas del hombre, mientras que la flor de loto abierta
representa la creación del Universo. A la salida del lugar, nos esperaban seis
enormes guacamayas listas para las fotos, les aseguro que se acomodan sin
ningún reparo sobre tus hombros o cabeza para esperar el click de las cámaras.
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Un espectacular oso perezoso |
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En la Reserva natural Flor de Loto
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A pesar de visitar todo en un
solo día, fue una experiencia mágica de verdad. El horario es de 8am a 5.30 pm
y tiene un valor de $130.000 (US.45 aprox.) por persona incluido el seguro fluvial y la
alimentación. Este plan es para el turista común pero como se trata es de
viajar relajados, y sin presión de tiempo, fácilmente se consiguen planes de
día completo a cada lugar y si lo hacen, no se arrepentirán. Nosotros
estábamos probando de todo un poco para saber que repetiremos más adelante. En
el muelle se pueden contactar con un buen lanchero y encontrarse con otros
viajeros y pagar entre todos, claro, como dije desde un comienzo, lo mejor, es
bajo la supervisión del hostal donde te hospedes.
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Las amigables guacamayas de la Reserva |
Ya les contaré nuestra travesía
por la selva, otra experiencia que sé, repetiremos muy pronto.
FECHA DEL VIAJE: Mayo
Lo mejor de viajar es
compartir experiencias. Si les gustó la información, fue de utilidad o tienen
preguntas, no olviden hacer sus comentarios. Los espero!!!!
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