miércoles, 23 de julio de 2014

Canotaje en Lagos Yahuarcaca, Amazonas


Día 4 en la tarde
Un almuerzo delicioso en el hotel, baño espumoso, cambio de ropas y listos para navegar. Aquí no existe el cansancio. Cada segundo es muy valioso para estar en contacto con la naturaleza de manera que nos pusimos las pantaneras y la capa de lluvia para emprender la nueva experiencia entre la selva inundable.

A pesar de practicarse el kayaking,  preferimos hacer el canotaje nativo con nuestro nuevo guía Ticuna, Nixon Fernández. Este tour acuático (wadio) se realiza sólo en época de invierno o aguas altas, en verano, se realiza el recorrido terrestre (painÜ)  por el mismo lugar hasta llegar al lago pero el sólo sonido de la canoa entre el agua, hace que valga la pena experimentarlo.

Recorrido acuático (wadio) por la Quebrada Zapatero

Remar entre árboles
Navegar entre un dosel de árboles de 30 a 40 metros de cedro, caucho, capinuti o árbol de la fertilidad, caobos y ser “perseguidos” por el árbol que camina es una sensación sin igual. La lluvia nos acompañó un buen tramo pero fue aún mejor, al cesar, salieron miles de pájaros no sé de dónde. Arrendajos o mochileros, garzas, pájaros azules, guacamayas, loros, martín pescador, gavilanes y hasta un águila alcanzamos a ver. Los miquitos también nos hacían compañía. Lo mejor es callar y darle oportunidad a la naturaleza que nos hable y nos cante en cada remada.

Árbol de "nudos" o Matatá
El árbol que camina. Cada rama se va plantando
El recorrido atraviesa varios canales, permite ver la diferencia de las aguas y por supuesto, la flora y fauna tan abundante. Al llegar al Lago Yahuarcaca se respira una paz increíble. A lo lejos estaban los delfines bailando con el agua. Aquí no pasa el tiempo y lo mejor, es esperar la caída de la tarde escuchando a Nixon sus relatos en Ticuna y en español.

Lago Yahuarcaca después de la lluvia
Gracias  (mueuchi) Nixon por tus enseñanzas
Se nos acaba el tiempo de estadía aquí. Podría seguir hablando y hablando de cada lugar, persona o experiencia que vivimos en estos cortos 5 días y digo así porque hay tanto por vivir en el Amazonas, que lo mejor es programarse para viajar mínimo 8 o 10 días.



Antes de despedirnos, fuimos hasta Tabatinga a visitar el zoológico, fuimos también a comprar los famosos chocolates y la cachaza, a dar una última mirada al Río Mar desde el mirador y regresamos a Leticia donde nos esperaban nuestros amigos y guías inolvidables, Paulo “Papo” Bautista y Euderson Vargas para darnos un abrazo de despedida con la promesa de volvernos a ver muy pronto!!!!

Valor del plan con almuerzo en Balsa Flotante y pesca: $ 120.000cop  (us.45)
Fecha viaje: Mayo 2014


Lo mejor de viajar es compartir experiencias. Si les gustó la información, fue de utilidad o tienen preguntas, no olviden hacer sus comentarios. Los espero!!!!

martes, 22 de julio de 2014

Conversaciones con la Selva

Días 3 y 4
De nuevo se atravesaron las elecciones en nuestros planes y no pudimos viajar a Benjamín Constant en Brasil pero a cambio, nos ofrecieron el safari por la selva tanto de día como de noche y como premio, dormiríamos en una vivienda de indígenas huitotos.
No lo pensamos ni un segundo. Preparamos nuestro morral con dos mudas de ropa, linterna, bolsas plásticas para nuestras cámaras, botas pantaneras, suficiente repelente, mucha agua y la compañía de uno de los mejores guías de la zona, el ticuna Paulo "Papo" Bautista. Ya sabíamos que nos tendrían comida y que además, la cabaña en la cual dormiríamos, tenía toldillos. Viajamos en compañía de Mariza y Liza, dos chicas alemanas que aunque hablaban español, casi no pronunciaron palabras.

Paulo hablándonos del caucho y sus propiedades

Como éste puente, cruzamos más de cinco hasta nuestro destino
No llevábamos ni 10 minutos de caminata y nos cruzamos con un indígena que muy gentilmente nos ofreció mambear para evitar el cansacio. Nos sentíamos como verdaderos exploradores. Nuestro guía nos iba mostrando y enseñando cada árbol, cada hoja y cada animalito que se nos cruzaba en el camino. Muchos puentes naturales y el mejor sonido que nos podía acompañar, el de la naturaleza en toda su magnitud. La orquesta sinfónica de los pájaros en perfecta sincronía con el movimiento de las hojas y la danza de árbol en árbol de los cientos de micos. No se imaginan el tamaño de los hormigueros colgantes y los nidos de avispas, la perfección arquitectónica.


Un "pequeño" hormiguero colgante



La casa y la cocina de nuestros anfitriones



Después de un poco más de tres horas de caminata relajada, llegamos a casa de los huitotos Gustavo Candré y María Idedama, quienes nos recibieron con una gran sonrisa y un abrazo muy fraternal. Nos enseñaron su territorio y la gran variedad de árboles frutales que tienen como piña, marañón, guamas gigantes, naranjas. Una refrescante bebida de piña y listos para ir hasta la Quebrada Takana donde nos podríamos bañar y remar en una canoa construida por ellos mismos.


Nuestro guía en la Quebrada Takana
El Ticuna Paulo "Papo" Bautista
Al caer la noche, María nos preparó arroz, papa asada y pirarucú envuelto en hoja de plátano cocinados en el fogón de leña, un verdadero deleite para el paladar. El pirarucú, es el segundo pez más grande de agua dulce, algunas veces supera los 3 metros. Los huitoto saben aprovechar al máximo su pesca y este ejemplar, les alcanza para una semana más ya que lo ponen a ahumar y van comiendo cada día sin problema.

Pirarucú en hoja de plátano cocinado en leña
Terminamos nuestra jugosa cena y emprendimos el safari nocturno. Les aseguro que nunca, en ninguna otra parte del mundo, podrán vivir esta experiencia. Ahora, al escribir sobre este lugar, siento de nuevo mil mariposas en mi estómago. La máxima sensación fue cuando nuestros guías nos hicieron apagar las linternas, cerrar los ojos, silencio humano absoluto. . . Al abrir los ojos de nuevo, se veían iluminados los troncos de los árboles y los senderos, son cientos de hongos diminutos fluorescentes. Comienza de nuevo el murmullo de las hojas, se escuchan los susurros de las ranas, el latir de los búhos. En mi caso, me sentí en el planeta de los gnomos y las hadas. Que espectáculo nuestra naturaleza.

El grupo en safari nocturno con nuestro guía huitoto
En la maloka charlando hasta la madrugada
Quisiera relatarles mil cosas de las que vimos como la gran tarántula Goliat, hormigueros de tierra en forma de tubo, ranas diminutas,  grillos palito, sanguijuelas multicolor, las chagras o zonas de cultivo indígenas en medio de la selva, los árboles gigantes de lupuna o ceibas los cuales pudimos abrazar y recibir toda esa energía. No podría parar de escribir. A nuestro regreso a “casa” a medianoche, nos esperaba un techo de estrellas increíble, una gran fogata en la maloka y una charla encantadora con Paulo y Gustavo. Aunque no bebimos ayahuasca (bebida de raíces) ni yagé, nos preparamos una jarra de caipiriña (cachaza y limón ) y a dormir pues debíamos emprender la caminata de regreso a Leticia.

Nuestros anfitriones María Idedama  y Gustavo Candré
Mi nido de avispas, el mejor regalo de la vida

Antes de partir, María nos obsequió un nido de avispas que tenía de adorno en su cabaña desde hace muchos años y es a partir de ahora, una de las cosas más valiosas que tendremos en la vida. El retorno a la ciudad fue de nuevo maravilloso. Gustavo y María se entusiasmaron a acompañarlos y esta vez Paulo encabezaba la caminata. La naturaleza nos habla todo el tiempo, tu me cuidas, yo te cuido. Aunque no queríamos regresar, debíamos prepararnos para emprender nuestra siguiente excursión: el canotaje hasta el Lago Yahuarcaca en horas de la tarde. Próxima entrega. Nos vemos!!!!!

Valor del plan 2 días 1 noche:
entre $ 180.000 y $ 250.000 cop ( US.60 - US. 85)
Fecha viaje: mayo 2014




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miércoles, 16 de julio de 2014

Río Amazonas de verdad, verdad !!!


Día 2
Lo vimos desde el avión, lo vimos desde el mirador en Tabatinga pero hoy por fin podemos sentirlo, el Amazonas!!! El río mar, como le dicen muchos, nace en Perú y tiene una longitud de aprox. 7.000 Km pero en territorio colombiano solamente abarca 118 kms. En su recorrido toma varios nombres como el Marañón en Perú y Solimoes en Brasil. En Colombia atraviesa el departamento del mismo nombre, Amazonas, el cual fue declarado como tal en 1991 y cuya capital es Leticia.
La ciudad tiene alrededor de 43.000 habitantes, se extiende 80 kilómetros a lo largo del Gran Río y alrededor de 100 kilómetros selva adentro a través de varios tipos de bosques tropicales. Cubre 27 comunidades indígenas y 24 barrios en el área urbana. Leticia comparte una frontera abierta con Tabatinga (población: 45.000) en Brasil y al otro lado del río con Santa Rosa (Población: 700) en Perú. La temperatura promedio es de 25° centígrados.

Comenzando a navegar por el río

El tour abrebocas para los turistas convencionales se inicia en el  muelle turístico al cual nos llevaron desde el hotel, inscriben tu nombre y datos personales en la lista de cada embarcación que en promedio es de 18 personas. Al ocupar nuestras sillas y colocarnos los chalecos salvavidas, comenzó  el cosquilleo en el estómago de la emoción. Después de navegar río arriba por unos 30 minutos llegamos a la Isla de los Micos colonizada en los años 60 por el americano Mike Tsalickis con el objetivo de criar micos y reptiles y desde entonces se explota con fines turísticos. Es aquí donde comienza la verdadera aventura amazónica. Jugar con los monos frailes, alimentarlos con bananas o galletas, caminar por los senderos y escuchar el canto de miles de pájaros, oler naturaleza pura, reir con ganas.  No queríamos que el tiempo pasara pero debíamos seguir nuestro viaje.
Los graciosos micos fraile de la Isla
Compartir con ellos, darles de comer y reir!!!

De nuevo con la brisa sobre nuestros rostros, navegamos rumbo al resguardo indígena de Macedonia, comunidad Ticuna en un 96% que abre sus puertas para recibir a los viajeros. Además de presentar bailes tradicionales a los turistas, los Ticuna se destacan por trabajar el “palo de sangre”, un tipo de madera color rojizo con la que elaboran verdaderas obras de arte. Les recomiendo comprar aquí pues es mucho más económico que en Leticia y se les ayuda directamente a la comunidad.

Después del baile, la foto obligada con los viajeros
Las nubes oscuras comenzaron a rondar nuestro viaje, de manera que nos apresuramos rumbo al Lago Tarapoto para ver los famosos delfines rosados, no sin antes, atravesar el Río Loretoyacu. Otro contacto con los árboles magestuosos, con el olor mágico de la selva y de nuevo el canto de los pájaros. Por fin en el Lago, la lluvia era tan bella combinada con el paisaje que ya no ansiaba tanto ver los delfines, pero sí, los alcanzamos a observar a lo lejos.

Río Loretoyacu, afluente del Amazonas
Lago Tarapoto con sus cristalinas aguas
Después de la lluvia intensa que no duró más de 15 minutos regresamos a Puerto Nariño, el pesebre colombiano, donde no existen carros, ni motos, ni contaminación, donde sus más de 7 mil habitantes conviven en PAZ entre sus comunidades Ticuna, Yaguas, Cocamas, Muinane y Huitotos entre otros, donde se vive en pleno con la naturaleza y se la respeta. Aquí almorzamos en uno de sus buenos restaurantes y nos refrescamos con un delicioso jugo de arazá , una fruta silvestre de la zona pero que con el tiempo, se ha fomentado el cultivo en otras lugares del país.
Vista desde el Mirador Naipata en Puerto Nariño
Estábamos en época de elecciones y las fronteras cerraron, pero nos autorizaron visitar una comunidad peruana llamada Puerto Alegría al otro lado del río, un pequeño caserío donde sus habitantes capturan y domestican una gran variedad de animales para mostrarle a los turistas y lograr una propina que luego se repartirá entre todos. Es triste esta situación pero al mismo tiempo, nos dio la posibilidad de ver, tocar y cargar algunos animales que ya no vemos ni en los zoológicos como la boa, el tucán, el caimán, el oso perezoso, el tigrillo... Muchos operadores y lancheros colombianos ya no viajan a este lugar para evitar que continúen con la cacería de animales, lo cual, para ser honesta, apoyo ciento por ciento.

Indígena Cocama del Perú con una tortuga matamata
A media tarde emprendimos nuestro viaje a la Reserva Natural Flor de Lotto, donde podríamos ver la maravillosa Victoria Regia que nos han mostrado a través de los libros. La flor de loto blanca nace en el agua y según las creencias de oriente, está relacionada con la perfección del espíritu y de la mente. Cerrada o en botón es un símbolo de las posibilidades infinitas del hombre, mientras que la flor de loto abierta representa la creación del Universo. A la salida del lugar, nos esperaban seis enormes guacamayas listas para las fotos, les aseguro que se acomodan sin ningún reparo sobre tus hombros o cabeza para esperar el click de las cámaras.
Un espectacular oso perezoso

En la Reserva natural Flor de Loto



















A pesar de visitar todo en un solo día, fue una experiencia mágica de verdad. El horario es de 8am a 5.30 pm y tiene un valor de $130.000 (US.45 aprox.) por persona incluido el seguro fluvial y la alimentación. Este plan es para el turista común pero como se trata es de viajar relajados, y sin presión de tiempo, fácilmente se consiguen planes de día completo a cada lugar y si lo hacen, no se arrepentirán. Nosotros estábamos probando de todo un poco para saber que repetiremos más adelante. En el muelle se pueden contactar con un buen lanchero y encontrarse con otros viajeros y pagar entre todos, claro, como dije desde un comienzo, lo mejor, es bajo la supervisión del hostal donde te hospedes.
  Las amigables guacamayas de la Reserva
Ya les contaré nuestra travesía por la selva, otra experiencia que sé, repetiremos muy pronto.

FECHA DEL VIAJE: Mayo

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